Fuí interno en Nickelodeon Studios durante el 2005 para obtener mi título en animación. No me pagaban, de hecho la mayoría de las pasantías no son pagadas, pero tuve algunas experiencias más allá de la educación.
Los adultos no lo ven como un buen trabajo, pero la mayoría de los niños se cagarían si pudieran estar ahí. Como trabajaba con editores y animadores, me tocaba ver los capítulos nuevos antes de que salieran al aire. Iré al grano sin dar muchos detalles.
Acababan de hacer la película de Bob y el staff entero estaba falto de creatividad, así que les tomó mucho tiempo iniciar la siguiente temporada. Pero en realidad, el retraso duró más por razones perturbadoras.El suicidio de calamardo
Hubo un problema con el primer episodio de la temporada que retrasó por meses a todos y a todo. Otros internos y yo estábamos en el cuarto de edición junto con los animadores principales y los editores de sonido, listos para hacer el corte final. Recibimos una copia de lo que se suponía era "Fear of a Krabby Patty" y nos reunimos alrededor de la pantalla para ver. Ahora, dado que no era el corte final, a veces los animadores ponían un título falso en tono de broma, un chiste interno como "Como no funciona el Sexo" en lugar de "Rock-a-by-Bivalbe" cuando Bob y Patricio adoptan una ostra.
Nunca fue nada en particular gracioso, pero siempre fueron chistes relacionados con el trabajo. Así que cuando vimos como título "Squidward's Suicide (el Suicidio de Calamardo)" no pensamos que fuera algo más que una broma mórbida. Uno de los internos incluso emitió una risa seca.
Comienza con la música alegre de siempre.
Inicia con Calamardo, practicando con el clarinete, errando algunas notas como siempre. Oímos a Bob riéndose afuera; Calamardo se detiene y le grita que se calle, puesto que tiene un concierto esa noche y necesita practicar. Bob dice que sí, y se va a ver a Arenita junto con Patricio.
La splash screen de burbujas aparece y entonces vemos el final del concierto de Calamardo. Aquí fue donde todo se puso raro.
Al estar tocando, algunos cuadros se repitieron una vez, pero el sonido no (en este punto el sonido ya está alineado a la animación, y eso no era común), pero entonces deja de tocar, el sonido termina como si nada hubiese pasado. Hay murmullos en la multitud antes de que comiencen a abuchearlo.
No eran abucheos de caricatura comunes en el show, se podía escuchar malicia en ellos. Calamardo estaba visible de pie, nervioso y viéndose asustado. La imagen cambia, esta vez hacia el público; Bob Esponja está en el centro, y también abuchea, comportándose muy diferente a como lo hace siempre.
Lo más rato de todo, es que todo mundo tiene ojos híper realistas. Muy detallados. Cláramente no fotos de ojos reales, pero algo un poco más real que CGI. Las pupilas rojas. Algunos nos miramos entre sí, obviamente confundidos pero como no éramos los escritores, nunca nos preguntamos como le atraería eso a los niños... aún.
La toma cambia, Calamardo sentado en la orilla de su cama, viéndose muy mal. Por su ventana se ve la noche, así que es poco después del concierto. La parte más aterradora es que en este punto, no hay sonido. Literalmente. Ni siquiera el sonido de los speakers en la habitación. Como si estuviesen apagados, aunque estaban trabajando perfectamente.
Calamardo solo estaba ahí, sentado y parpadeando en silencio como por 30 segundos, entonces comenzó a llorar. Sonaba como una pequeña brisa a través de un bosque. Luego se cubrió la cara y lloró en silencio por un minuto, mientras el sonido poco a poco comenzó a intensificarse.
La pantalla poco a poco comienza a acercarse a su rostro. Por "poco", me refiero a que solo es notable si miras las tomas con 10 segundos de diferencia. Su llanto se vuelve más fuerte, lleno de dolor e ira. La pantalla se deforma, como si se doblara sobre sí por un segundo antes de volver a la normalidad. El sonido leve como de viento se vuelve más intenso y más severo, como si hubiese una tormenta.
La parte tétrica es que este sonido y el llanto de Calamardo suena demasiado real, como si el sonido no viniera de los speakers, como si estos fueran agujeros y el sonido viniese de otro lado.
Aún si el estudio tiene un buen equipo de sonido, no tienen el equipo necesario para producir sonido de esta calidad.
Bajo el sonido del viento y el llanto, algo comenzó a sonar, una especie de risa en intervalos raros y nunca durando más de un segundo para que no pudieras oírlo con facilidad (vimos esto dos veces, así que perdónenme si las cosas suenan muy específicas, pero he tenido tiempo para razonar sobre ellas). Luego de treinta segundos de esto, la pantalla se puso borrosa, se torció violentamente y algo parpadeó rápidamente sobre la pantalla, como si faltara un cuadro de animación. El editor principal de animación puso pausa y regresó cuadro por cuadro.
Vimos algo horrible. Era la foto de un niño muerto, de no más de seis años de edad. Su cara estaba deformada y ensangrentada, un ojo colgando sobre su rostro. Estaba en ropa interior, con el estómago abierto y las entrañas yaciendo a su lado. Estaba tirado en una especie de pavimento, probablemente algún camino.
La parte más aterradora era que se podía ver la sombra del fotógrafo. No había cinta del crimen, no había evidencias o marcas, y el ángulo estaba completamente erróneo para ser parte de evidencia de un crimen. Parecía como si el fotógrafo fuese el culpable de la muerte del niño. Estábamos mortificados por supuesto, pero seguimos, esperando que fuera una broma torcida y enferma.
La pantalla regresó de nuevo a Calamardo, aún llorando más fuerte que antes, y con la mitad del cuerpo en la toma. Ahora, había sangre corriendo por su rostro, saliendo de sus ojos; los cuales estaban dibujados de forma hiper-realísta, como si al tocarlos, pudieses mancharte de sangre. El viento ahora sonaba como un huracán a través de un bosque; incluso con sonidos de ramas rompiéndose. La risa, un barítono profundo, ahora duraba más y era más frecuente. Tras 20 segundos, la pantalla volvió a deformarse para mostrar una foto de un solo cuadro. El editor dudó en repetirla, pero sabíamos que debía hacerse.
Ahora, la fotografía era de una niña pequeña, no mayor que el niño de la primera. Estaba tirada sobre su estómago, un charco de sangre a su lado. Su ojo izquierdo también había sido extraído, y estaba en ropa interior. Sus entrañas estaban en su espalda, saliendo de un corte. De nuevo, el cuerpo estaba en la calle y se podía ver la sombra del fotógrafo, similar en tamaño y forma a la primera. Casi vomité, y una interna, la única mujer de la habitación, salió corriendo. El show continuó. Luego de cinco segundos tras la foto, Calamardo se calló al igual que todo sonido, como cuando empezó. Se retiró las manos y sus ojos estaban dibujados en hiper-realismo como los otros al principio del episodio.
Sangraban, inyectados de sangre y pulsando. Solo miraba la pantalla, como si viese al espectador. Luego de 10 segundos, comenzó a sollozar, esta vez sin cubrirse los ojos. El sonido era agudo y fuerte, y mezclado con gritos. Lágrimas y sangre escurrían por su rostro como un torrente. El sonido de viento volvió junto con la risa de voz profunda, y esta vez la fotografía duró por 5 cuadros.
El animador pudo detenerla en el cuarto y retrocedió. La foto era de un niño de edad similar a los anteriores, pero esta vez era diferente.
Las entrañas estaban saliendo del estómago, siendo arrancadas por una gran mano; el ojo derecho arrancado y colgando, sangre escurriendo de él. El animador procedió. Era difícil de creer. Avanzó al siguiente cuadro, la misma cosa. Volvió al primero, reproduciéndolos rápidamente y entonces yo me quebré. Vomité en el piso; los animadores y editores estaban viendo horrorizados la pantalla.
Los 5 cuadros no eran 5 fotos diferentes, eran LOS CUADROS DE UN VÍDEO. Vimos como la mano levantaba lentamente las tripas, vimos los ojos del niño enfocándose en la mano, y vimos parpadear al niño los últimos dos cuadros. El editor principal de sonido nos dijo que paráramos, que tenía que llamar al creador para que lo viera por sí mismo. El Señor Hillenburg arribó quince minutos después, confundido y sin saber porqué lo habían llamado, así que el editor siguió con el episodio. Una vez que terminaron los cuadros, Calamardo volvió a aparecer, viendo al espectador, la toma enfocada en su rostro por 3 segundos. La toma se abrió, y una voz dijo "HAZLO", mientras Calamardo sostenía una escopeta.
Inmediatamente pone el arma en su boca y jala el gatillo. El muro tras él acaba salpicado por sangre y materia gris realista, y Calamardo sale despedido hacia atrás con fuerza. Los últimos cinco segundos muestran su cuerpo sobre la cama, de costado, y un ojo cuelga de lo que queda de su cabeza, viendo fijamente el suelo. El episodio acaba. El señor Hillenburg está furioso, y demanda saber qué demonios está pasando. Muchos dejaron el cuarto en este momento, así que solo unos cuantos de nosotros lo vimos de nuevo. Ver el episodio de nuevo solo sirvió para que se grabara en mi mente y me produciera muchas pesadillas. Siento mucho haberme quedado.
La única teoría que tenemos es que el archivo fue editado por alguien en la cadena desde el estudio de dibujo. Llamaron al CTO para que analizara qué había pasado. El análisis del archivo muestra que le grabaron material nuevo; y por más que intentamos averiguar qué había ocurrido, no logramos encontrar nada.
Hubo una investigación respecto a las fotos, pero no obtuvimos información de ellas. No se identificó a ningún niño, y no encontramos pistas de la información o pistas físicas en las fotos.
No creía en fenómenos inexplicables antes de esto, pero ahora sé que cuando algo pasa y no puedo probar qué lo ocasionó, lo pienso dos veces.
Si buscas terror o eres amante de las crepypastas y el suspenso estas en el lugar correcto.
jueves, 26 de diciembre de 2019
EL SUICIDIO DE BOB ESPONJA
Yo era un empleado simple cerca de Smallshure, en un viejo pueblo fantasma actualmente, en las afueras de Alabama. En la década de los 90’s, Nickelodeon se cambió de residencia, para desarrollar sus series en el pueblo donde yo vivía. Recuerdo que una vez, iba en camino al mercado, a comprar algún postre para la manada que habitaba en mi casa. Por poca suerte mía, uno de los principales funcionarios de nickelodeon me vio pasar, al parecer, sin ningún destino; así que me llamó.
Yo lo miré, él tenía una mirada profunda y alarmante. Era muy alto y musculoso. El miedo invadió mi cuerpo, pues yo no acostumbraba ver personas de esas dimensiones, pues con mis raíces mexicanas, en mi familia éramos bajitos y delgado, aunque hablábamos inglés como todos unos gringos. En fin, volviendo a ese momento, yo me acerqué lentamente y me tocó el hombro. Me paralicé. Me dijo que no me asustara, que no me haría daño. En ese momento sentí un alivio estremecedor. Sus palabras fueron estas:
-Me llamo Doug. Doug Hemsworth. Estamos haciendo una prueba para un nuevo episodio de Bob Esponja. Llamamos a personas a las que probablemente les gustaría ver y las dejamos pasar.-
Yo, sin que me preguntara nada, enseguida le dije que yo entraría, sin ningún problema, pues a la ‘manada’ de mi casa, les gustaba ver Bob Esponja, por Nickelodeon.
Me metieron a un cuarto muy oscuro. Con muchas cortinas rojas de terciopelo. Una pantalla enorme, como la de un cine, o creo que mucho más grande. No me percaté. Esos hombres eran millonarios. Habían unas 30 personas ahí dentro. Cuando Doug dio la señal, comenzó a rodar el ‘capítulo’ mas abominable que en mi vida vi y que marcó mi mente.
Inició el capítulo. El intro no era normal. Era así como un estilo gótico y algo gore. El pirata que siempre aparecía, tenía una voz grave y burlona, a la vez que causaba miedo. En vez de decir "¿están listos, chicos?", decía: ¿adultos, ya quieren que comience la aventura de bob esponja sangrienta?- Yo me asusté bastante. Honestamente, pensé que era una broma o algo así, pero no lo era.
El resto el intro fue aterrador. Bob esponja tenía ojos rojos y reales. Algo así como 2 círculos semi ovalados, que expresaban locura y antipatía.
El episodio abría la escena en el Krustáceo Kaskarudo. Bob Esponja estaba, como siempre, cocinando la carne, más bien, asando.
En ese momento sale Patricio y con voz macabra le dice: ¿ACASO ESTA BASURA DAS PARA COMER? ¿QUIERES VER QUÉ PUEDES COMER? ¡MUÉRETE BOB, ESPONJA! TUS CANGRE-BURGERS NO SON MAS QUE PURA BAZOFIA Y TROZOS DE TU INFELICIDAD!
Cuando Patricio pronunió esas palabras, la pantalla se quedó en negro, como por 13 segundos.
Aparece Bob Esponja, de caminos a casa, con Gary, apretándolo de la mano (ni yo me explico cómo es que estaba con Gary, si no se permitían mascotas en el Krustáceo Kaskarudo). Bob llega a casa y ve la televisión. En ese momento, se anuncia la muerte de Patricio brutalmente. Con una serie de navajas afiladas en su espalda, con rastros de sangre y mordeduras, de caracol:
-Gary no fue.- Pronunció Bob Esponja.
El suicidio de Bob Esponja
No dudé en pararme y al ver a esas aterradora imágenes menos. Le pedí a los miembros de seguridad que me quería ir, pero al parecer nos habían encerrado con llave y se habían marchado. Éramos como ratas de laboratorio. Nos dejaron ahí a ver todos esos mensajes subliminales de la serie, a ver si nos sucedía algo.
El pánico reinó, pero el episodio siguió. De nuevo la pantalla se puso de negro, pero solo 2 segundos. Al regresar, se observaba a Bob pescando medusas, pero sacrificándolas. Les arrancaba los tentáculos, uno por uno, hasta dejarlas sin ellos y terminaba clavándoles un clavo en la espalda. Enseguida aparecieron imágenes reales de personas muertas de esta forma. Sin extremidades y con tachuelas, sí, tachuelas en la espalda.
Bob Esponja termina rompiendo en llanto. Un llanto que comenzó lento y después más intenso y rápido. Eran llantos de un niño. Un niño triste y desolado. A continuación, se presenciaba un lloriqueo incoloro. Sin lágrimas. Seco. La pantalla, por tercera vez se quedaba en negro por 12 segundos.
Aparece un enfoque de Bob Esponja en la cara, ahora sin dientes. Encías sangrantes y horribles, llenas de gusanos y huecos. Me espanté. Bob va por un cuchillo a su cocina y se lo clava al caparazón de Gary. Ahí solo veías como sus pequeñas patitas temblaban y dejaban de moverse. Murió.
Después Bob se dirigió a su baño y abrió su tina. Se bañó con ropa y una venda en los ojos. Se tapó con un gancho de lava la nariz y se durmió. Durante 2 minutos, el chorro de agua caía y al llenarse la tina, que era 3 veces más onda, en un segundo, salieron burbujas de sangre del fondo. Bob ya estaba en el fondo y sin aire. Se suicidó.
En ese momento la música típica de cuando acaba, se oyó, pero más fuerte. El llanto de Bob se escucha pero ya no había nada. Todo había terminado.
Las personas que lo vieron en ese salón comenzaron a llorar. No lo aguantaron. Los mensajes subliminales para un público ‘más adulto’ triunfaron. Quisimos salir pero no lo logramos. Muchos se desmayaron del pánico y murieron, por falta de atención médica.
2 días después la mayoría de las personas estaban muertas. Solo yo y una compañera, que se volvió mi amiga. Estábamos rodeados de cuerpos, entonces la ayuda llegó.
Yo regresé a casa, más bien me llevaron, tuve un trauma de por vida y sigo igual. La otra chica fue trasladada al hospital. Quedó loca. Ahora está sola en casa amarrada de los brazos y piernas. Le afectó, al igual que a mí. Días después, las personas que trabajaban en Nickelodeon, ya no estaban. Murieron. Doug, sin testimonio, dejó la residencia y se fue a vivir a un lugar más lejos. Ahí conoció a Paul Tibbit, y re-elaboraron el episodio, esta vez, con la "Enfermedad del caracol loco".
Yo lo miré, él tenía una mirada profunda y alarmante. Era muy alto y musculoso. El miedo invadió mi cuerpo, pues yo no acostumbraba ver personas de esas dimensiones, pues con mis raíces mexicanas, en mi familia éramos bajitos y delgado, aunque hablábamos inglés como todos unos gringos. En fin, volviendo a ese momento, yo me acerqué lentamente y me tocó el hombro. Me paralicé. Me dijo que no me asustara, que no me haría daño. En ese momento sentí un alivio estremecedor. Sus palabras fueron estas:
-Me llamo Doug. Doug Hemsworth. Estamos haciendo una prueba para un nuevo episodio de Bob Esponja. Llamamos a personas a las que probablemente les gustaría ver y las dejamos pasar.-
Yo, sin que me preguntara nada, enseguida le dije que yo entraría, sin ningún problema, pues a la ‘manada’ de mi casa, les gustaba ver Bob Esponja, por Nickelodeon.
Me metieron a un cuarto muy oscuro. Con muchas cortinas rojas de terciopelo. Una pantalla enorme, como la de un cine, o creo que mucho más grande. No me percaté. Esos hombres eran millonarios. Habían unas 30 personas ahí dentro. Cuando Doug dio la señal, comenzó a rodar el ‘capítulo’ mas abominable que en mi vida vi y que marcó mi mente.
Inició el capítulo. El intro no era normal. Era así como un estilo gótico y algo gore. El pirata que siempre aparecía, tenía una voz grave y burlona, a la vez que causaba miedo. En vez de decir "¿están listos, chicos?", decía: ¿adultos, ya quieren que comience la aventura de bob esponja sangrienta?- Yo me asusté bastante. Honestamente, pensé que era una broma o algo así, pero no lo era.
El resto el intro fue aterrador. Bob esponja tenía ojos rojos y reales. Algo así como 2 círculos semi ovalados, que expresaban locura y antipatía.
El episodio abría la escena en el Krustáceo Kaskarudo. Bob Esponja estaba, como siempre, cocinando la carne, más bien, asando.
En ese momento sale Patricio y con voz macabra le dice: ¿ACASO ESTA BASURA DAS PARA COMER? ¿QUIERES VER QUÉ PUEDES COMER? ¡MUÉRETE BOB, ESPONJA! TUS CANGRE-BURGERS NO SON MAS QUE PURA BAZOFIA Y TROZOS DE TU INFELICIDAD!
Cuando Patricio pronunió esas palabras, la pantalla se quedó en negro, como por 13 segundos.
Aparece Bob Esponja, de caminos a casa, con Gary, apretándolo de la mano (ni yo me explico cómo es que estaba con Gary, si no se permitían mascotas en el Krustáceo Kaskarudo). Bob llega a casa y ve la televisión. En ese momento, se anuncia la muerte de Patricio brutalmente. Con una serie de navajas afiladas en su espalda, con rastros de sangre y mordeduras, de caracol:
-Gary no fue.- Pronunció Bob Esponja.
El suicidio de Bob Esponja
No dudé en pararme y al ver a esas aterradora imágenes menos. Le pedí a los miembros de seguridad que me quería ir, pero al parecer nos habían encerrado con llave y se habían marchado. Éramos como ratas de laboratorio. Nos dejaron ahí a ver todos esos mensajes subliminales de la serie, a ver si nos sucedía algo.
El pánico reinó, pero el episodio siguió. De nuevo la pantalla se puso de negro, pero solo 2 segundos. Al regresar, se observaba a Bob pescando medusas, pero sacrificándolas. Les arrancaba los tentáculos, uno por uno, hasta dejarlas sin ellos y terminaba clavándoles un clavo en la espalda. Enseguida aparecieron imágenes reales de personas muertas de esta forma. Sin extremidades y con tachuelas, sí, tachuelas en la espalda.
Bob Esponja termina rompiendo en llanto. Un llanto que comenzó lento y después más intenso y rápido. Eran llantos de un niño. Un niño triste y desolado. A continuación, se presenciaba un lloriqueo incoloro. Sin lágrimas. Seco. La pantalla, por tercera vez se quedaba en negro por 12 segundos.
Aparece un enfoque de Bob Esponja en la cara, ahora sin dientes. Encías sangrantes y horribles, llenas de gusanos y huecos. Me espanté. Bob va por un cuchillo a su cocina y se lo clava al caparazón de Gary. Ahí solo veías como sus pequeñas patitas temblaban y dejaban de moverse. Murió.
Después Bob se dirigió a su baño y abrió su tina. Se bañó con ropa y una venda en los ojos. Se tapó con un gancho de lava la nariz y se durmió. Durante 2 minutos, el chorro de agua caía y al llenarse la tina, que era 3 veces más onda, en un segundo, salieron burbujas de sangre del fondo. Bob ya estaba en el fondo y sin aire. Se suicidó.
En ese momento la música típica de cuando acaba, se oyó, pero más fuerte. El llanto de Bob se escucha pero ya no había nada. Todo había terminado.
Las personas que lo vieron en ese salón comenzaron a llorar. No lo aguantaron. Los mensajes subliminales para un público ‘más adulto’ triunfaron. Quisimos salir pero no lo logramos. Muchos se desmayaron del pánico y murieron, por falta de atención médica.
2 días después la mayoría de las personas estaban muertas. Solo yo y una compañera, que se volvió mi amiga. Estábamos rodeados de cuerpos, entonces la ayuda llegó.
Yo regresé a casa, más bien me llevaron, tuve un trauma de por vida y sigo igual. La otra chica fue trasladada al hospital. Quedó loca. Ahora está sola en casa amarrada de los brazos y piernas. Le afectó, al igual que a mí. Días después, las personas que trabajaban en Nickelodeon, ya no estaban. Murieron. Doug, sin testimonio, dejó la residencia y se fue a vivir a un lugar más lejos. Ahí conoció a Paul Tibbit, y re-elaboraron el episodio, esta vez, con la "Enfermedad del caracol loco".
AMIGAS POR SIEMPRE
Sara y Alicia eran dos muchachas de quince años de edad, que desde muy pequeñas habían sido las mejores amigas. Vivían en el mismo vecindario, iban a la misma escuela, estaban en la misma clase… bueno, siempre habían sido inseparables. No obstante sus personalidades eran muy distintas. Mientras que Alicia era extrovertida y carismática, Sara era tímida y no hablaba mucho.
Un día Sara le propuso algo a Alicia.
—¿Qué tal si hacemos un pacto de sangre?
—¿Qué?
—Mira, así si un día nos llegamos a separarnos, juraremos que la que muera antes de las dos, tendrá que avisarle a la otra.
—Que cosas dices, Sara. Nosotras siempre vamos a estar juntas.
Pero Sara siguió insistiendo tanto que al final, Alicia tuvo que aceptar, tan extrañada como divertida. Usando una pequeña navaja, las dos se hicieron un corte en el dedo índice de su mano derecha, y con la luz de una vela sellaron el pacto.
Los años pasaron. Alicia logró graduarse de la universidad como abogada, consiguió empleo en un buen buffet, se casó con un hombre maravilloso y formaron una familia. Ambos vivían en una casa muy linda.
De vez en cuando, se acordaba de Sara, su amiga de la adolescencia. Miraba la pequeña cicatriz en su dedos y se preguntaba que habría sido de ella. Las dos habían tomado rumbos distintos y no se veían desde que habían terminado la preparatoria.
Esa noche, Alicia tuvo una pesadilla: conducía en su auto cuando de pronto, un camión se metía a su carril y se estrellaba contra ella. Despertó, agitada y sudorosa, y justo en ese instante alguien tocó el timbre. El reloj marcaba las tres de la mañana.
A su lado, su esposo seguía profundamente dormido. El timbre sonó una vez más, insistente. Alicia masculló una maldición y fue a ver quien era. Al abrir la puerta se encontró con una mujer pálida y de grandes ojeras. Tenía una herida muy fea en la cabeza, de la que brotaba un hilo de sangre.
Sara se quedó estupefacta. A pesar de que había cambiado mucho, fue capaz de reconocerla. Se trataba de su vieja amiga, Sara.
—¡Dios mío, Sara! ¿Tú aquí? ¿Pero qué te ha pasado? Entra, vamos, voy a curarte esa herida. ¡Cuanto tiempo ha pasado!
Sin embargo, Sara no se movió de su lugar.
—Vine para cumplir mi promesa, Alicia. Acabo de morir. Tenía que avisarte.
Alicia se quedó petrificada.
—Aunque la vida nos separó, volveremos a estar juntas en la muerte. Voy a esperarte… —Sara alzó su dedo índice y sin más, se desvaneció.
En ese momento, Alicia notó que su propio dedo le escocía. Al mirarlo, se dio cuenta de que estaba sangrando y el corte que se había hecho hace años, estaba abierto una vez más… emitió un alarido desgarrador y se desmayó.
Por la mañana, cuando despertó, se encontraba en su cama y pensó que todo debía haber sido una pesadilla. Encendió la televisión y se encontró con una noticia que la dejó helada: esa misma madrugada, un camión se había impactado contra un auto, provocando lamentablemente que la conductora muriera al instante.
Desde ese día la vida de Alicia cambió radicalmente. No quería comer, no podía concentrarse en su trabajo, se le olvidaba recoger a sus hijos de la escuela… Y cada noche tenía el mismo sueña. Escuchaba como llamaban a la puerta y al abrir, veía a Sara frente a ella, alzando el dedo índice y hablándole:
—Te voy a estar esperando.
Cada vez que se despertaba, Alicia veía su dedo lleno de sangre y sentía que le dolía.
Su esposo no se explicaba que ocurría, los médicos tampoco estaban siendo de ayuda, Al final, tuvieron que internar a Alicia en un hospital mental. Allí, su estado empeoró. Ahora, durante sus pesadillas, podía ver a Sara de pie al lado de su cama.
Cierta noche, un celador de la clínica escuchó el sonido atronador de cristales que se rompían, seguido de un grito estremecedor. Al acudir a la habitación de Alicia, se dio cuenta de que la ventana estaba rota. Se asomó y vio su cuerpo impactado contra la acera, sobre un charco de sangre. La misma sangre con la que alguien había escrito, junto a ella: AMIGAS PARA SIEMPRE.
Un día Sara le propuso algo a Alicia.
—¿Qué tal si hacemos un pacto de sangre?
—¿Qué?
—Mira, así si un día nos llegamos a separarnos, juraremos que la que muera antes de las dos, tendrá que avisarle a la otra.
—Que cosas dices, Sara. Nosotras siempre vamos a estar juntas.
Pero Sara siguió insistiendo tanto que al final, Alicia tuvo que aceptar, tan extrañada como divertida. Usando una pequeña navaja, las dos se hicieron un corte en el dedo índice de su mano derecha, y con la luz de una vela sellaron el pacto.
Los años pasaron. Alicia logró graduarse de la universidad como abogada, consiguió empleo en un buen buffet, se casó con un hombre maravilloso y formaron una familia. Ambos vivían en una casa muy linda.
De vez en cuando, se acordaba de Sara, su amiga de la adolescencia. Miraba la pequeña cicatriz en su dedos y se preguntaba que habría sido de ella. Las dos habían tomado rumbos distintos y no se veían desde que habían terminado la preparatoria.
Esa noche, Alicia tuvo una pesadilla: conducía en su auto cuando de pronto, un camión se metía a su carril y se estrellaba contra ella. Despertó, agitada y sudorosa, y justo en ese instante alguien tocó el timbre. El reloj marcaba las tres de la mañana.
A su lado, su esposo seguía profundamente dormido. El timbre sonó una vez más, insistente. Alicia masculló una maldición y fue a ver quien era. Al abrir la puerta se encontró con una mujer pálida y de grandes ojeras. Tenía una herida muy fea en la cabeza, de la que brotaba un hilo de sangre.
Sara se quedó estupefacta. A pesar de que había cambiado mucho, fue capaz de reconocerla. Se trataba de su vieja amiga, Sara.
—¡Dios mío, Sara! ¿Tú aquí? ¿Pero qué te ha pasado? Entra, vamos, voy a curarte esa herida. ¡Cuanto tiempo ha pasado!
Sin embargo, Sara no se movió de su lugar.
—Vine para cumplir mi promesa, Alicia. Acabo de morir. Tenía que avisarte.
Alicia se quedó petrificada.
—Aunque la vida nos separó, volveremos a estar juntas en la muerte. Voy a esperarte… —Sara alzó su dedo índice y sin más, se desvaneció.
En ese momento, Alicia notó que su propio dedo le escocía. Al mirarlo, se dio cuenta de que estaba sangrando y el corte que se había hecho hace años, estaba abierto una vez más… emitió un alarido desgarrador y se desmayó.
Por la mañana, cuando despertó, se encontraba en su cama y pensó que todo debía haber sido una pesadilla. Encendió la televisión y se encontró con una noticia que la dejó helada: esa misma madrugada, un camión se había impactado contra un auto, provocando lamentablemente que la conductora muriera al instante.
Desde ese día la vida de Alicia cambió radicalmente. No quería comer, no podía concentrarse en su trabajo, se le olvidaba recoger a sus hijos de la escuela… Y cada noche tenía el mismo sueña. Escuchaba como llamaban a la puerta y al abrir, veía a Sara frente a ella, alzando el dedo índice y hablándole:
—Te voy a estar esperando.
Cada vez que se despertaba, Alicia veía su dedo lleno de sangre y sentía que le dolía.
Su esposo no se explicaba que ocurría, los médicos tampoco estaban siendo de ayuda, Al final, tuvieron que internar a Alicia en un hospital mental. Allí, su estado empeoró. Ahora, durante sus pesadillas, podía ver a Sara de pie al lado de su cama.
Cierta noche, un celador de la clínica escuchó el sonido atronador de cristales que se rompían, seguido de un grito estremecedor. Al acudir a la habitación de Alicia, se dio cuenta de que la ventana estaba rota. Se asomó y vio su cuerpo impactado contra la acera, sobre un charco de sangre. La misma sangre con la que alguien había escrito, junto a ella: AMIGAS PARA SIEMPRE.
SI ENCUENTRAS ESTE LIBRO "EL CUENTO DE ROLY POLY" !!!NUNCA LO LEAS¡¡¡
El libro no aparentaba ser particularmente macabro. No tenía imágenes espeluznantes en la portada. No había palabras de advertencia. Tan solo era un lienzo en rojo, liso, con letras doradas que decían: «El cuento de Roly Poly».
Nunca había visto el libro hasta que Ginny lo sacó de su colección en el estante. Pensé que podría haber sido olvidado por los propietarios anteriores. Después de todo, acabábamos de mudarnos al vecindario hacía un mes.
Ginny ya estaba acurrucada debajo de las sábanas cuando abrí el libro. A los seis, ella estaba aprendiendo a leer y por eso no necesitaba que la obligaran a acostarse, siempre y cuando cumpliera con mi promesa de contarle una historia. Bueno, debo rectificar: casi nunca lo necesitaba. Las princesas eran su nueva obsesión y ya habíamos agotado la mayoría de los clásicos como La bella durmiente y Cenicienta. El cuento de Roly Poly parecía una buena desviación de la lista habitual.
—¿Estás seguro de que quieres este, calabaza?
Ginny bostezó:
—Sí, papi.
Me encogí de hombros y comencé a leer:
Había dos niños
Dos niños como tú.
Uno se llamaba Jack
El otro era Hugh.
Los muchachos se sentaron en su habitación,
Pues no tenían nada que hacer aún.
Estaban tan aburridos
Un bugaboo común.
El libro contenía una ilustración simple de dos niños en un dormitorio, decorado con papel tapiz de béisbol.
Pensaron y pensaron:
Resoplaron indiferentes,
Hasta que Hugh dijo: ¡Uf!
¡Suficiente es suficiente!
¡Vamos a jugar un juego!
Cambiaremos este cabo suelto.
¡Ya sé! Dijo Jack,
Llamaré a mi amigo en este momento.
Gruñí internamente y esperé que Ginny se durmiera pronto. Esto no era exactamente como el Dr. Seuss.
Jack tomó el libro
Y siguió leyendo las palabras escritas:
Sal, sal
Tú, viejo payaso tonto.
Con un silbido y un silbido,
Y fizzle y pop,
Llegó Roly Poly,
Con un gran gran plop.
Había una figura enorme que empequeñecía a los dos niños a su lado. Pertenecía a un hombre vestido como un payaso de pantomima tradicional, completando su apariencia con una peluca rizada, maquillaje blanco y labios rojos estridentes.
¿Cómo lo hice?, Dijo el payaso, he venido a jugar
¿Tú?, Dijo Hugh, ¡Santo cielo, querido Moley!
No tengas miedo, dijo Jack,
Es solo Roly Poly.
¿Qué haremos? —Dijo Hugh emocionado,
Mientras sacaba sus juguetes del desorden del armario.
Hubo juegos de varios nombres,
Llenos de cables y megavatios.
Una máquina de karaoke,
un trampolín y dos robots de infarto.
¡Oh no! Dijo el payaso
¡Esto no será suficiente!
Vamos a jugar algunos juegos reales
Olvídense de esta tecnología deficiente.
Vengan conmigo y verán
Mi casa es bastante genial,
Tendrán todo lo que necesitan
En la tierra de Topsy-Turvy.
Los dos muchachos asintieron
Sus corazones se llenaron de alegría.
Tomaron la mano del payaso,
¡Y contó tres Mississippi en el acto!
Hugh y Jack cerraron los ojos
Mientras el mundo giraba y giraba.
Gritaron de alegría
Al ver que en nuevo lugar estaban.
La casa del payaso era espléndida.
Llena de dulces y golosinas, la diversión nunca terminaría.
Sin padres, sin quehaceres, sin acostarse, ni seguir reglas,
No había tareas horribles de aburridas y viejas escuelas.
Los muchachos jugaban y jugaban y los tres estaban contentos,
Hasta el día fatídico en que el payaso, de tristeza se puso enfermo.
¿Qué pasa, Roly Poly?
¿Hay algo que podamos hacer por ti?
Los muchachos preguntaron y preguntaron:
Mientras su preocupación crecía y crecía.
Oh, queridos, murmuró el payaso,
Mis disculpas, mis más humilde disculpas.
Tengo mucha hambre, confesó
Mientras su gran barriga gruñía.
¿Quieres chocolate o papas fritas o pastel de crema pegajosa?
Tenemos hot dogs y helados y malteadas deliciosas.
Pero el payaso sacudió la cabeza
Porque le dolía mucho la panza.
Entonces agarró al pequeño Hugh,
¡Una buena comida serás tú!
Se me revolvió el estómago cuando vi el contenido de la página siguiente. Cerré el libro de inmediato.
—Es hora de dormir, princesa.
Ginny intentó protestar, pero sus párpados estaban llenos de sueño.
—¿Qué le pasó al niño, papá?
—Te lo diré mañana.
Besé a Ginny en la frente y apagué la luz.
Bajé las escaleras y me serví una copa grande de vino, antes de volver a abrir el libro. La página que había cerrado mostraba la ilustración de una escena espantosa. El payaso sostenía a uno de los niños sobre su cabeza y había mordido el lado izquierdo de su cuerpo. Sus dientes arrancaban trozos de carne rosada mientras la sangre goteaba por sus labios manchados de rubí. Los ojos del pequeño estaban cerrados, su cara surcada de lágrimas, yacía congelada en una expresión agónica. Espoleado por una morbosa curiosidad, continué leyendo:
Roly Poly agarró al niño y lo sostuvo en alto.
Dio un gran mordisco: el dulce Hugh era tan suave.
Él reía y roía, masticaba y sorbía,
Y cuando no quedaba nada, eructó con una sonrisa.
Miró a su alrededor; sin encontrar a Jack.
El chico había escapado; la persecución había comenzado.
Jack se agachó y huyó, corrió y corrió,
Roly Poly solo rió entre dientes: ¡Vuelve aquí, jovencito!
Este lugar es grande; de hecho, ¡se extiende!
No hay salida, escapar no puedes.
El payaso tenía toda la razón, por mucho que lo intentara,
Jack se apresuró a escapar, pero no había salida que lo esperara.
El niño se cansó, el aliento le faltaba,
Roly Poly se puso al día, sonando bastante alegre:
Eres más duro que la mayoría, contigo haré un buñuelo.
Y colgó al niño en un viejo anzuelo.
El niño gritó y gritó: ¡Eres un gran mentiroso!
El payaso se relamió los labios avivando el gran fuego.
Pasé a la última página. El niño colgaba de un gancho sobre una gran hoguera. Partes de su piel estaban agrietadas y ennegrecidas, a la vez que las llamas lamían su pequeño cuerpo. El payaso alimentaba el fuego sosteniendo un palo en la mano. La otra mano saludó al lector cuando una sonrisa maníaca reveló dos hileras de dientes largos y afilados.
El payaso estaba muy feliz, esta dulce carne era una delicia,
Saludó al chef: —¡Buen provecho!
Me desperté temprano a la mañana siguiente y cogí el periódico que habían dejado en la puerta. Era domingo, pero no me gustaba dormir. Me hice una taza de café y miré el titular en la encimera. Mi corazón se congeló:
Quinto aniversario de la desaparición de niños locales
Cientos han participado en un mitin de conmemoración para honrar el quinto aniversario de la desaparición de los hermanos Hugh y Jack Healy.
Los hermanos, de ocho y seis años, fueron secuestrados de su hogar el 7 de enero de 2012. La policía ha emitido una nueva solicitud de información este fin de semana [la historia continúa en la página 3].
Salí corriendo y quité la tapa del bote de basura. ¿Quizás quien escribió ese libro sabía algo sobre la desaparición de los niños? Como mínimo, necesitaba denunciar este material enfermo a la policía. Mi estómago dio un vuelco mientras miraba el contenido de la lata. El libro ya no estaba.
Un pánico primario se elevó en mi pecho cuando subí corriendo a la habitación de Ginny. Un solo pedazo de papel yacía sobre las sábanas arrugadas de su cama vacía:
Ginny escogió un buen libro,
Una hermosa historia para contar,
Pero a papá no le gustó
Él pensó que era trivial.
Detuvo la historia en el momento de gloria,
¡Oh no, para ti esta parte no es apta!
Al payaso no le gustó eso
Pero ni un poquito.
Entonces Roly Poly fue a buscar a Ginny;
Él nunca había estado tan delgado.
¡Vamos a divertirnos un poco!
Le mostraremos a ese viejo.
Y ahora juega Ginny,
En la tierra Topsy-Turvy.
Lleno de azúcar y especias.
Y todas las cosas que son femeninas.
Mientras la princesa tiene joyas,
y hermosos vestidos de raso.
El payaso solo sonríe,
Ella lo hará, engordará.
Ha pasado una semana desde que Ginny desapareció. Le di aquella página a los policías, pero están tan desconcertados como yo. Cada verso infernal de ese horrible libro está grabado en mi cabeza. No puedo dormir. No puedo comer. Escribo esto como último recurso para hacerte una advertencia. Si encuentras este libro, no lo abras, no lo leas. Llama a la policía.
La vida de un niño puede depender de ello.
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